No lo encuentro.
No, no lo encuentro. He mirado a ver sí me lo dejé en el bolso o en el armario, pero ánimo no aparece...
Quizá me lo dejé en la cajonera de la oficina.
O junto a los pantalones de vestir y las medias.
¡Oh, no! ¡Ahora recuerdo! Ánimo se me quedó donde dejé el verano. ¡Me cachis!
Mucho ánimo campeona!!. Seguro que te vuelves a topar con él a la vuelta de la esquina!!
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