“Conecte el equipo o busque otra fuente de energía”.
Jo, siempre igual con el dichoso portátil… ¿a que el duende
se dedica a jugar on line en vez de a recogerme la casa cuando no estoy?
En fin, a lo que iba, bueno, a lo que fui: a la palitopalito
Feria de La Energía Libre, en dónde, en Fuenla, claro que si.
Con la esperanza de encontrar un método casero a la par que
revolucionario (como la “canesaña” de mi madre) para cargar la dichosa batería
del portátil o sencillamente el secador de una manera gratuíta aunque lenta,
nos plantamos mi hermana y yo, allí, con otros 50 mas si llegaba.
La cosa empezó tarde,
nos habíamos sincronizado para llegar cuando empezasen a enseñar inventos y nos
tuvimos que tragar dos mini conferencias llevadas sin pie ni cabeza en pro de
construir naves industriales con boñigas de vaca y por un cambio climático
sostenible, mientras, debido a que estábamos
en pleno campo sentaditas en el suelo, muy naturalmente se nos subían las
hormigas al chirri, aquello, que era un cambio de confort insostenible, no nos
desanimó, solo nos buscamos un banco.
“Bueno, a ver, traer vuestros dispositivos” y allí no se
movió ni Tesla, que estaba en el cartel. Un fiasco, muy mala organización.
Después de un rato de incertidumbre uno se marchó y otros dos se subieron al
escenario con una… con una cosa . La cosa de la cosa es que ni era un invento
suyo, ni tampoco funcionaba, la frase estelar de la tarde fue “esto no da pa’
mas”. Pero parecía interesarle a todo el que estaba por allí, tanto, que una
mujer se levantó y clamó por que alguno de los presentes fuese a instalarle el cacharro
ese a su coche.
Yo que tonta no soy, conseguí adivinar de entre tanta capacitancia,
conductancia y palabrejo para pros, que aquello iba con agua desionizada. El agua, al pasar por el cacharro no me
preguntes como, se disocia en hidrógeno y oxigeno, el oxigeno puro seguro que va muy bien para corroer todo lo
que encuentre en su camino y el hidrógeno se introduce en la cámara de combustión,
para ser “combustido” y así usar menos gasolina en la mezcla. Aproximadamente
al mes uno había conseguido ahorrar un litro de gasolina con el invento. Que le
pregunté a mi farmacéutica de cabecera “pero cuánto cuesta el agua esa, xq a mi
el agua mineral me sale más cara que el gasoil” “pues eso”.
La que tampoco era tonta, la lista del “me lo instalen”,
agarró el micrófono y dijo, más o menos textualmente: “ Si esto no os funciona…
no sé si conocéis el agua Diamantina, que es un agua purificada por quien puede
purificar y tiene sentimientos…”
El resto lo terminamos de escuchar de camino al aparcamiento (próximo destino: Fuenlastock),
una pena, porque teníamos grandes expectativas y porque había por ahí otro dispositivo,
que era eso que haces en segundo de la ESO con unos imanes, una noria y una
dínamo, pero bueno, algo al menos, más comprensible para el ciudadano de a pie.
Entre eso y las orgonitas: “Piedras para producir energía orgónica” (a la venta
por 3 euros una 5 el par) que luego
resultaron un amasijo de epoxi, virutas y cuarzo para canalizar tu energía
interior. Pues nos tuvimos que marchar, pero yo vuelvo al año que viene ya que
solo puede ser mejor.
Y quizá sea por eso, o por el calorazo que pasamos, o porque
una ya esta mayor, que se me ha terminado por agotar la batería con las
personas chupópteras de la energía. Quizá tenía que haberme comprado esa
orgonita, quizá, bueno, yo ya lo veía venir…
Y hablando de energía libre, por eso se están muriendo
electrocutados los chinos, por piratear los cargadores. Yo por si acaso vuelvo
al fijo de ruleta.
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