Te voy a dar un consejo, ahora que está toda la mesa llena de comida y aún no hemos empezado a cenar :
Si te preguntan que tal está la comida y no te gusta, lo mejor es que te quedes callada. No digas nada.
(entonces preguntaste que por qué)
No se decirte porque, pero creemé, llevo 27 años celebrando cenas de Nochevieja y sé lo que te digo.
(Además tú puedes hacerte la sueca con mucho más realismo)
Si lo que te ponen te gusta regular, puedes decir que esta bueno.
Si lo que te ponen te gusta muchísimo tienes que decir:
“¡Esto está coj****!¡Pónmelo en un taper!”
No hay nada que le guste más a una madre española que le digas: “Ponmeló en un taper”
Se hincha de orgullo.
La madre española se caracteriza por tener un armario de 60x80x120 lleno de taperes vacíos (en el caso de la tia Feñi son 3 armarios).
El taper con la comida de mama se ha convertido en un pilar fundamental en el desarrollo de nuestra sociedad. El hijo independizado no sabe vivir sin ella. La vergüenza de pedir se olvida cuando ha quedado media ración de cordero y tu madre te mira poniéndote ojitos, esperando la ansiada petición:
“¡Esto me lo llevo yo en un taper!”
A lo que ella contesta.
“Si, y te pongo también una docena de croquetas de las que nos sobraron ayer”
Que yo me pregunto, ¿a qué clase de persona le “sobran” doce croquetas?
Las hacen aposta, hacen de más aposta para poder vivir ese momento que las culmina de satisfacción: ponértelas en un taper.
Es muy importante, por cierto, que no mientas, no digas nunca que algo que no te ha gustado si te ha gustado. Por que entonces te lo ponen en un taper.
Y te llaman a los dos días y te dicen:
“¿Qué tal estaban las setas con queso azul y apio que te llevaste?”
Y te ves obligada a mentir, y a una madre no se la miente fácilmente. Ni se le puede decir la verdad fácilmente tampoco, no puedes decirle que lo tiraste a la basura nada más salir del portal de su casa.
Estarás perdida, no es recomendable.
Sigue la regla que te decía al principio y como no me digas que te ponga el “strudel” en un taper...
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